No. 84 / Noviembre 2015 |
Manuel Cuautle (México, 1971; vive entre Tandil y la Ciudad de México) Tú eres Dalida y yo tengo dieciocho años veo tu cabellera rubia y construyo historias en mi vientre cierro los ojos y las sombras de los árboles caen sobre las pisadas que dejas desde cuándo tienes el doble de edad cuando haces el amor yo siempre he sido un niño y los niños siempre vuelven los hombre viejos lo arruinan todo no hay soledad te buscaré en la penumbra con la juventud de mis años 18 de noviembre de 2012, 12:27 horas Ya habrá tiempo para dormir quitaremos las cobijas del cuerpo que nos absorba la noche y le haga el amor a los años cumplidos sacaremos nuevas fotografías donde la rabia del ego no haya dejado su contagio llenaremos de libros la cama para quemarlos y que salgan los sueños de entre las llamas 26 de noviembre de 2012, 18:45 horas ¿Qué haces que no sueñas Lobo ausente? ¿Lobo estás ahí? ¡Sí estás ahí! Corre, corro, corremos, tratamos de encontrar el escondite de la infancia. ¡Me estoy bañando! Grita el lobo. El lobo va tras nosotros, nos roza con las uñas llenas de tierra, no de mugre, tierra de jugar con pequeños insectos. Insectos que ya me comí, piensa el lobo. Es el recuerdo de un futuro que tal vez nunca llegue. Por ahora corre, corremos, corro. ¿Lobo estás ahí? ¡Sí, aquí estoy! Grita el lobo, que se sueña con tres cabezas. Mientras, el bosque queda sin vigilancia, el sonido de su rostro nos llega tan fuerte como una tormenta. Lobo está cansado de correr, piensa que ha llegado el momento de soñar, ¡¿Lobo estás ahí?! |