No. 84 / Noviembre 2015 |
Luis Téllez Tejeda (Ciudad de México, 1983) Barulera Báilala, báilala, báilala mi negra. A esta hora, la noche es el último sorbo del quinto whiskey, el mantel que acalora la espera la calle que se vacía de taxis. A esta hora, la noche camina entre mesas y reparte sus horas con la pesadez del que, en soledad, apura, uno tras otro, los tragos frente al espejo de la barra. La noche suena en el teclado, interrumpe, con su estridencia de canción tropical, la partida de dominó, vuelve grito cada palabra y recuerda la espera. La noche es esa melodía que atiborra la cantina en sus espasmos, de bajo en contrapunto, la noche es el ritmo que no esconden los pies, en espera de pista, con sed de pareja. A esta hora, en el rumor de esta cuadra, donde se apagan los pasos y comienzan a reinar las cucarachas, la noche es esa cumbia que retiembla en la radiola y que, otra vez, no será bailada. |