Marion Poschmann

No. 86 / Febrero 2016


Poetas alemanes núm. 86:
Durs Grünbein
Jan Wagner
Kathrin Schmidt
Marcel Beyer
Marion Poschmann
Monika Rinck
Volker Sielaff

___________________________________________________________________

Marion Poschmann
(Essen, 1969)


Estudió filología germana y eslava y filosofía en Bonn y Berlín, donde radica. Escribe novela, relatos y poemas. Ha recibido diversos estipendios de poesía, y ha sido reconocida con el premio de fomento a la literatura de la ciudad de Magdeburgo, así como con el reconocido Premio Peter Huchel en 2011.
   
En estos poemas, Marion Poschmann desarrolla una tesitura intimista, con una cuidadosa elección de su vocabulario para retratar de una manera velada y sugerente instantáneas íntimas eróticas.

 



Schöne Madonna


ihr von Lichtpartikeln überschneites
wie mit Rauhreif übersprühtes
ihr schockgefrostetes Spiegelbild: bodyform
und eine Wanne voll Waschblau, so habe
sie sich gesehen, mit Nixenfüßen
durch Röhrenjeans schwimmend
die Wäsche am eigenen Leibe getrocknet
den Gipfel der Fische erreicht,
die vollendeten Markenzeichen
schmeichelnde Schuppen, ein Schutzblech
gegen den Dreck der Alltäglichkeit

sie könne ihr Nasenbluten
in Kürze als make-up verkaufen,
sie bade in einer genaues
Reklame von damals,
so habe sie sich gesehen, die ringenden Finger, die
etwas zu halten suchten, sie sah sich
die eigene Finger verschlingen,
die Luft durch die Zähne ziehen, und mitten
ins Neonlicht lächeln: das innere Strahlen
von Engeln Gespenstern nachahmend,
sah sich mit leichter Bestürzung
ein Badelaken entfalten, das dich betraf,
sah sich die üblichen magischen Mittel verwenden,
die alten Begabungen testen, das Fressen von Wachskerzen
Wolken und Wintergrün


Madona hermosa

de partículas de luz toda nevada
como con escarcha recubierta
su imagen congelada en el espejo: bodyform
y una pileta llena de azul para lavar, así
se habría visto ella misma, con pies de sirena
nadando por jeans de tubo
la ropa secada en el propio cuerpo
alcanzada la cumbre de los peces,
las consumadas marcas de fábrica
lisonjeras escamas, un guardafangos
contra la mugre de la cotidianidad

habría podido vender en breve el sangrado
de su nariz como make-up,
bañarse en un preciso
anuncio de entonces,
así se habría visto, sus dedos en pugna que
buscaban sostener algo, se vio a sí misma
engullir sus propios dedos,
jalar el aire entre los dientes, y sonreír
bajo la luz de neón: el brillo interno
de ángeles que imitan fantasmas,
se vio ligeramente consternada desdoblar
una sábana de playa que te pertenece,
se vio empleando los medios mágicos acostumbrados,
probando los viejos talentos, devorar velas de cera
nubes y verde invernal



Stilleben mit Fisch und Milch

der Spiegel von matten Fingerspuren
bepudert: die Augen mit Fernsehschnee
belegt, darunter das Grau
weicher Bleistifte eingegraben:
so brach der Abend herein,
langten eiserne Gabeln
nach den Gläsern im Schrank –
ich hatte im Nachthemd
die Haare begradigt,
ich sah die wenigen Zimmerpfade
entlang, eine abgeschmackte
Traurigkeit oder Sturzbecher Lampe;
so kamst du von hinten mit schweren
Fingernägeln, die dir die Arme
nach unten zogen – du tratest mit rohen Füßen
zwischen die kratzigen Strähnen am Boden;
kauertest dein Gesicht neben meines;
zeigtest auf Blößen im Spiegel, die
Ängste vor hohlen Tönen;
als sei langes Wachen
die wachsende Fähigkeit, während wir uns automatisch
beschrieben, ein Augentrichter


Naturaleza muerta con pescado y leche

el espejo empolvado de mates huellas
de dedos: los ojos de nieve televisiva
cubiertos, debajo el gris
tallado por lápices blandos:
así irrumpió la noche,
anhelaban tenedores de hierro
las copas en la vitrina –
en camisón
me había alineado el cabello,
vi en los pocos senderos del cuarto
una tristeza vulgar
o lámpara de candiles;
así llegaste por detrás con pesadas
uñas, que te jalaban los brazos
hacia abajo – entraste con pasos rudos
entre las rasposas hebras en el piso;
arrodillaste tu rostro junto al mío;
mostraste al desnudo en el espejo los
miedos a sonidos huecos;
cual si la vigilia fuera
capacidad creciente, mientras en automático
nos describimos: embudo de ojos