No. 110 / Junio-julio 2018

Mesa de traducciones

Georg Trakl

(Salzburgo, 1887-Cracovia, 1914)



Traducción de Enrique Silva


Georg Trakl nació en Salzburgo en 1887. Se formó en la Universidad de Viena como farmacéutico y escribió obras de teatro y poesía. Dentro de esta última ocupa una de las cimas incontestables junto con Hölderlin o Rilke, pues el simbolismo que permea su obra lo lleva a explorar la belleza oculta en los lugares más sórdidos e insospechados. El desasosiego y la fatuidad que emanan de su obra son el resultado de asistir al desmoronamiento de todo un mundo justo antes y durante la Primera Guerra Mundial.


In ein altes Stammbuch

Immer wieder kehrst du Melancholie,
O Sanftmut der einsamen Seele.
Zu Ende glüht ein goldener Tag.

Demutsvoll beugt sich dem Schmerz der Geduldige
Tönend von Wohllaut und weichem Wahnsinn.
Siehe! es dämmert schon.

Wieder kehrt die Nacht und klagt ein Sterbliches
Und es leidet ein anderes mit.

Schaudernd unter herbstlichen Sternen
Neigt sich jährlich tiefer das Haupt.




En un viejo álbum familiar

Siempre y de nuevo regresas, melancolía
¡Dulzura del alma solitaria!
Un día dorado resplandece al terminar.

Henchido de humildad se doblega al dolor del que espera,
de armonía y leve locura resonante.
¡Mira! Ya oscurece.

De nuevo retorna la noche y un mortal se lamenta
y otro lo compadece.

Estremeciéndose bajo las estrellas otoñales
se inclina la cabeza más profundo año tras año.




Geistliche Dämmerung

Still begegnet am Saum des Waldes
Ein dunkles Wild;
Am Hügel endet leise der Abendwind,

Verstummt die Klege der Amsel,
Und die sanften Flöten des Herbstes
Schweigen im Rohr.

Auf schwarzer Wolke
Befährst du trunken von Mohn
Den nächtogen Weiher,

Den Sternenhimmel,
Immer tönt der Schwester mondene Stimme
Durch die geistliche Nacht.




Crepúsculo espiritual

Silencio encuentra, al borde del bosque
un oscuro animal;
El viento de la tarde termina callado en la colina.

Calla el lamento del mirlo,
y las dulces flautas del otoño
se silencian en las cañas.

Sobre una nube negra
navegas ebrio de polillas
el estanque nocturno,

el cielo estrellado.
Siempre suena la voz lunar de la hermana
a través de la noche espiritual.