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![]() Ángel Vargas Mantis Editores, México, 2016. |
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No. 94 / Noviembre 2016
PODRÍA SER la piedad
una letra común
si la miramos todos
de reojo
la obscenidad de un lienzo
galopando la vista en el aceite
la tibieza que Dios deposita
en el cuello de los tiples:
PODRÍA SER la piedad
un canto hasta la empuñadura
de nuestros corazones.
Y aun así
nos faltaría piedad
para cada garganta
inacabada:
YA NO PODRÍA JUZGAR las heridas
que no quieren cerrarse.
Reconozco el misterio
De su carne
abierta para Dios
y para el hombre
en la vieja madera de los santos.
SI DIOS
si alguien
daría igual
inclinara su rostro
—sus muchos nombres—
desangraría un recuerdo.