La poesía de Andrea Zanzotto es un cúmulo de posibilidades lingüísticas: el poeta expande su lengua, presenta y fortalece su dialecto para hacer una obra que puede interesar tanto al lector habitual de poesía como al crítico especializado.
En esta selección se percibe la dificultad que tuvieron los editores y traductores para dejar fuera o incluir poemas que realmente sirvieran de muestra del sensible y esforzado trabajo poético de Zanzotto. Lo que no se tiene en profundidad, pues hay poemarios que tienen menos textos seleccionados que otros, se gana en diversidad, porque de este modo es posible percibir la evolución y la riqueza que hay en su poesía. Adicionalmente decidieron incluir notas que el autor preparaba para los diversos textos que él consideraba debían explicarse dado su carácter hermético.
Nos es posible encontrar poemas con temática rural –hasta bucólicos– que leemos en otros poetas italianos acaso más conocidos (Pasolini, Pavese…), la guerra y sus consecuencias en la sociedad italiana, las exploraciones literarias con sus alcances poéticos en Europa, la reivindicación o el resurgimiento de los dialectos a través del cine y la literatura (especialmente el suyo: el véneto).
Andrea Zanzotto produce claroscuros con el italiano y con el lenguaje en tanto tal, pero sobre todo compone movimientos, articula trazos y ejecuta sonidos que hallamos de una forma notable en este gran esfuerzo editorial. Precisamente esa diversidad estilística devenida riqueza poética que presenta La muerta tibieza de los bosques es la que hace de Zanzotto un poeta imprescindible de la escena italiana que habla desde sus preocupaciones, sus inquietudes, desde la propia poesía.
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