No. 41 / Julio-agosto 2011 |
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Indran Amirthanayagam
(Colombo, Ceilán, 1960; vive en Lima) Aniversario con pistola En este centésimo aniversario de la Revolución Mexicana que se desató aquel 20 de noviembre contra la dictadura enloquecida de Porfirio Díaz la cantante Lila Downs ofrecerá un concierto en la plaza de su colonia, que pertenece todavía a nuestro querido Manuel Ulacia, dice ella, “olvida-lo al pasado,” los años dolorosos, el nacimiento de México libre aullando y sí, mi Mexica, vamos a bailar y celebrar bailando y recordar olvidando la cara beatífica de nuestro amigo, papá, abuelo, muerto, renacido esta noche de invocaciones, de colores puros, precisos, de alebrijes que despiertan en los sueños de la muchedumbre aplaudiendo palmadas, una noche tranquila de músicos europeos y mexicanos —world music— como si estuvieran de vuelta en casa para un partido de las eliminatorias los futbolistas que juegan en las grandes ligas de aquel continente y esta noche en Coyoacán una fiesta de bienvenida al hijo pródigo, más quieta, recordando a los muertos recientes de este México enloquecido que quiere guardar sus libertades ganadas por Villa y Zapata y Carranza a la fuerza, perdidas durante la era del partido único, titubeando bajo caudillismos contemporáneos, y cien años después todavía bajo el mando de la pistola. Saludo sobre el agua El saludo del estudio al televidente, Indran, en la lejana ciudad costera de Lima, y la mención de su poesía, que ya llegará de nuevo a la Comarca, no deja al poeta otra manera de agradecerla que escribirle a la conductora del noticiero un poema. No es una chica de la farándula más bien una periodista seria, de buen olfato. Escribe artículos que separan la palabrería de la verdad y siempre cava un espacio en la opinión pública para la metáfora, este hermoso invento del poeta que todos aprecian aun si los lectores no le apuestan en el mercado de valores. Marcela te mando un abrazo lleno de neblina y de limón exprimido en la carne del ojo de uva, el ceviche que se come también en México pero con otra receta, más coloreada y pimentada, como es la salsa criolla. No sé porqué me detengo en la comida. Los peruanos están orgullosos de su cocina, la llaman patrimonio mundial. México me presentó a ti, patrimonio torrenense, regalo al ser pensante. |
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