El matamoscas de Lesbia
Regreso agitada y burbujeante
presionando con los dedos
el cuello
del cristal que envuelve al vino
Regreso redonda y satisfecha
frondosa y perfumada
con las carnes tambaleantes
y envinados mis sabrosos frutos
él dijo:
me molesta tu perfil
de gesto seguro y suficiente
sólo eres una mosca gorda
mosca negra peluchuda
e inflamada
de siniestros pelos
Ruedo por la inmensa cama
Me desprendo de una tela
entallada y descosida
le confirmo
que soy negra y sucia
negra de carne dulce
carbón de azúcar
mosca exótica con vientre acústico
forrado de terciopelo
una cajita pequeña de resonancias
Confirmo que soy negra
y deliciosamente gorda
y que en alguna parte olvidé las pantaletas
él dijo:
me enoja cuando bebes
arrogante elevas el meñique de tu mano
eres perra añeja
que provoca
carnívoros deseos
dan ganas de hacerte tierra
y cocer un jarrón de tu barro
Sonrío
me acomodo y le reitero
que soy negra y mala
negra de labios gruesos,
que la forma de la hembra madura
se impone
y concentra la elegancia
de lo abundante,
le da poder al cuerpo
que tengo los pezones zarzamora
que estoy desnuda
y se me dibujan grietas
que adornan mis nalgas
con la textura del satín
él dijo:
me haces falta
Adormilada
abro las piernas
que atesoran mi sexo oscuro
inflamados sus pequeños olanes magenta
en esta flor clava su lengua
no me molesto con él
sé que tiene hambre
Jalea de pájaros
(Extractos)
¡No juegues con las profundidades del otro!
L.Wittgenstein
I
Exprimir pájaros amargos
picaflores dulces
para extraerles el canto
y su néctar
zumo muerto
que mancha del negro color
de las ojeras
II
Se esparce el humo aroma del canto
perfume de pájaros exprimidos
calladamente amortajados
con pirul
dentro de la olla
III
Déjenme morir sin dios
No claven pájaros en mi cabeza
Quiero caer llorar
gruñendo gritar al verme
sin piernas ni manos
Que el dolor y el pánico me enciendan la mente
que mis pájaros sangren al estrellarse
contra el hocico del miedo
y sólo quede tizne
tiznón del perverso canto
que miente y dice caerá el sol sobre la tierra
y aún moribundo arrasará los campos
Sufrir, quiero retorcerme y sufrir
en el concreto del cráneo
que me trisque la nada
en la amargura de la niebla
que venga la muerte a humedecerme
con la mordida del dolor
Sólo déjenme morir solo
tranquilo en la sombra
sin la estúpida intromisión de dios
IV
Jamás podremos herir al cielo
pero sí a sus pájaros
derribarlos uno a uno
con los truenos
de un rojo y pequeño revólver
de gatillo brillante:
vértebra del trueno
relámpago
Y no será sangre lo que salpique a las manos
sino un azul terrible inmenso
porque la mar no se repliega
nunca mar fue manso
pensar en su hechura da miedo
porque el mar es la muerte
porque la muerte
todo el tiempo fue agua
y el agua
todo tiempo
ha sido cielo
Diálogos con la maldad de un hombre bueno
En cuestión de logros literarios, el que esté
libre de pecado que renuncie a la
oportunidad que le dan de ganarse un
premio (…) o viajar gratis y con todo
pagado a algún encuentro a
emborracharse... A. Echeverría
El que no tranza no avanza
Dicho popular
Quién no quiere ser guapo y emborracharse
Quién no desea tener muchas mujeres y emborracharse
A quién no se le antoja conseguir mucho dinero, viajar y emborracharse
A quién no le gustaría ser el primero en todo, tener mujeres muchas y
emborracharse
Quién se resistiría a una maleta llena de billetes, quedarse con el
derecho ajeno
y emborracharse
Quién no se emociona con la idea de ser el primero en todo, ser guapo,
acostarse con niñas y mujeres, viajar, tener mucho dinero y
emborracharse
Quién se aguantaría las ganas de tomar el dinero ajeno, meterse a la
casa grande, tener
a la mujer del amigo, acostarse con hombres, niñas y mujeres,
viajar bien vestido
y emborracharse
Quién no disfruta de sacar provecho, ser oportunista, buen ratero o
abusador,
es natural disfrutarlo y emborracharse
Quién no es inteligente para saber que todo esto es humano y
verdadero
Pero dime,
a quién no le extasiaría vengarse, cortarle los güevos a este alegre
Casanova
recuperar su dinero, acuchillar a los amigos del ojete,
viajar a Europa con el rostro muy en alto
con la ropa llena de sangre
y después, ¿por qué no?, también emborracharse.
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