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Por Xánath Caraza
Copatrocinado por Letras Latinas, the literary program of the Institute for Latino Studies, Universidad de Notre Dame |
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No. 62/ Septiembre 2013 |
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US Latino Poets en español
![]() Copatrocinado por Letras Latinas, the literary program of the Institute for Latino Studies, Universidad de Notre Dame |
----------------------------------------------------- John Murillo es un poeta intrépido, artista y encantador de la palabra. He tenido la oportunidad de haber visto en vivo a Murillo en la ciudad de Kansas un par de veces durante sus presentaciones tanto para el Blue Room y el Gem Theater, ambos espacios parte del American Jazz Museum en la zona histórica de Jazz, 18th & Vine, en la ciudad de Kansas. Como presentador, Murillo deja fluir su voz al ritmo del hip-hop. Es dinámico en el escenario y tiene la facilidad de hipnotizar a la audiencia que lo escucha. Su poesía es atrevida. Las palabras impresas llevan el sello de comentario social todo el tiempo. John Murillo es un observador perspicaz de su contexto, el estadounidense y urbano de la ciudad de Nueva York o de Los Ángeles, del metro, de las calles, de los clubes, de los que regresan a casa después de pasar tiempo en prisión, de los vulnerables; habla de su experiencia en las grandes urbes y de lo que observa, sobre todo de lo que ve en los barrios que escapan a las luces brillantes de la zona financiera que todos imaginamos cuando decimos en voz alta la palabra Nueva York o el glamur que invoca la palabra Hollywood. Murillo, con detalles, es capaz de retratar a la perfección recuerdos, en algunas ocasiones dolorosos, de su niñez o de algún instante caótico que queda grabado para siempre en las páginas. Comparte con el lector la verdad cruda, su verdad, que como mitad mexicano y mitad afro-americano experimenta pero no se limita a su experiencia personal, también le da voz a otros, que como él, han tenido que enfrentarse al sistema para que su lugar sea respetado y reconocido. Su poesía es compleja. Hay que saber encontrar eso que nos quiere compartir, que ha visto y nos quiere comunicar a través de segundas lecturas de su poesía. Reta al lector y lo convierte en un lector activo, un lector que reflexiona sobre cada una de sus palabras en el poema.
Para esta ocasión he seleccionado los poemas, “Entra el dragón” y “Por los buenos tiempos” del poemario Up Jump the Boogie (Cypher, 2010). En “Entra el dragón” la voz poética recuerda cuando a su padre, hombre afro-americano, después de una noche de cine se le pide salir de su auto. Es un poema que pasa de la emoción que deja haber ido al cine con su padre y haber visto una película de artes marciales, al miedo del espectador impotente, porque el espectador es un niño, en tan sólo un instante que todo lo cambia y se graba en su memoria. En “Por los buenos tiempos” los segundos que le toma a un rayo de luz brillar hacen que este poema corto denuncie violencia doméstica en un apartamento en un barrio de una gran ciudad en los Estados Unidos. A continuación mi traducción de inglés a español de “Entra el dragón” y “Por los buenos tiempos” por John Murillo.
Para mí, la película empieza con un hombre negro
Que capturan el brillo de su perfecto afro negro.
En sus espaldas. Comienza con el fanfarroneo,
Del blanco y negro que se arranca.
Ahogan la guitarra eléctrica. Sal y mantequilla
Brillando tanto que puede iluminar la pantalla
Viernes por la noche y mi padre me lleva en su auto
Cadillaqueando como rey en pleno Boulevard King.
Jim Kelly y Bruce Lee con aliento de
En el agrietado espejo lateral. Yo sé qué hay
Se acercan de la parte posterior lateral del auto,
De mi padre, puedo oler su largo día de trabajo,
Esconde su martillo, no va en contra, guarda
Como si fueran una nota escrita pidiendo permiso al
El cine y la ciudad, entre hurras y vivas de hombres viejos de
Por los buenos tiempos Una sombra parte el rayo bajo tu puerta ruido metálico de llaves te haces viento y cuentas para la cintura enrollan una falda me deslizo hasta la escalera contra incendios
el anillo en tu dedo la foto enmarcada en la mesita de noche dicen que tú eres su mujer
tu temor en mi barba el peso frío de una .38 en la palma de mi mano imploran de forma diferente |