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portada-lugares.jpgLugares que fueron tu rostro
José Carlos Cataño
Bruguera,
Barcelona, 2008.

Por Alicia Esquivel
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No. 48 / Abril 2012


 

 

Lugares que fueron tu rostro es un poemario escrito por el poeta español José Carlos Cataño, del 2000 al 2007. El libro consta de 65 poemas y, como su nombre lo sugiere, en él prevalece el tema de la memoria. La mayoría de los textos son breves, incluso de unas cuantas líneas, pero no por ello dejan de turbar al lector, debido a que el poeta convierte los recuerdos en un presente a través de las palabras y los objetos. Los poemas están escritos en verso libre, con un ritmo fluido que tiene algo de encantador, pero también algunas pausas inquietantes al hablar, por ejemplo, de la muerte, como en el poema Padre. Las palabras en Lugares que fueron tu rostro, se convierten en la paradoja que la memoria representa: un pasado que se muestra latente.

Los principales motivos del libro son el mar, la muerte, la juventud y las estrellas, entre otros, sin embargo, contrario a lo que con justa razón parece, dichos motivos escapan al lugar común y vuelven a llenarse de vida a través de la memoria, memoria que no cae en el sentimentalismo, y que perturba al lector por la fuerza de las palabras. La muerte es, como ya se dijo, uno de los temas que prevalecen en el poemario de Cataño. En Aniversario, por ejemplo,el autor establece un paralelo entre la vida (en función de los elementos naturales) y la memoria de un muerto (una tumba), para revelar la verdad de los recuerdos −en este caso, de una persona−, los cuales al explorarse se muestran vivos en las entrañas de quien los evoca: "Como la tierra bebe el agua/ Y no se sacia, como el cielo/ Sus resplandores/ Y sin hartarse su latido/ Más fuerte sigue, más/ Nada, en lugar de ti, dos fechas,/ Dos flechas las vencidas rozan/ Tu nombre/ Sobre la tierra a solas." La mayoría de los versos de esta obra son cadenciosos, y un gran ejemplo de ello es este poema. En él contrastan la musicalidad con el carácter serio y sentencioso de su contenido, de la misma forma en la que la memoria representa encanto y a la vez, nostalgia.

Por otro lado, en el poema Padre, aunque también se trata el tema de la muerte, se perciben con más claridad los silencios que ya se mencionaban, y que lo llenan de significado; las pausas dan vida, en este caso, a la persona muerta. Sin embargo al mismo tiempo, la memoria da vida al poeta: "Sólo después de muerto/ Y sólo después, muerto, / Gozo de todo lo negado,/ Y tan muerto de todo, /Padre, después de tu decir/ Apenas de tu muerte vivo." Padre es, entonces, uno de los poemas que mejor muestran la verdad de la memoria, ya que ésta implica no sólo una ausencia, sino también la vida; a través de la memoria se hacen vívidos los recuerdos y éstos a la vez, dan vida a la persona que los evoca.

El presente, la memoria y el objeto se vuelven uno, al tiempo que las palabras se descubren y parecen disolverse en aquellos. Las nubes, por ejemplo, son una epifanía no sólo de la memoria, sino de la existencia misma; el autor revela la presencia determinante del pasado en un 'ahora' a través no sólo de las palabras sino de imágenes llenas de significado. A una nube y Las nubes ilustran lo anterior; en el primero se lee lo siguiente: "¿Por qué tu estela se mantiene/ Como un hilo de seda que refulge/ En la oscuridad? Cuando miro/ Al pasado de mi vida, mi vida/ También oscura vibra y resplandece/ En la apretada intemperie de un viento/ Parado." En el segundo poema se lee: "Las nubes no cumplen otra función/ Que encender el tránsito de un fenómeno./ Por eso las tienen por fantasías/ Carentes de sustancia,/ Cuando por eso mismo son/ Un parpadeo del sentido,/ De paso a lo desconocido,/ Un reto para ser nombrado/ En la vena abierta de una hoja./ Principio, merodeo y pérdida..." 

En Los lugares que fueron tu rostro parecen fundirse la memoria del autor y la del lector debido, por un lado, a la presencia constante del pronombre 'tú' y por el otro, a que todos compartimos la memoria. En ello radica principalmente la fuerza y encanto de los versos del autor: la precisión con la que retrata un aspecto humano. En este poemario Cataño aprehende, penetra y revela de una manera vívida la paradoja que representa la memoria, la cual es siempre un pasado presente.


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