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No. 60 / Junio-julio 2013



Kevin Martínez
(Ciudad de México, 1992)


Los protozoarios

I

Señores protozoarios:


Jamás busquen el video porno donde un esqueleto es digerido
bajo la mandíbula cesárea.
Jamás consuman pastillas para el déficit de atención
porque entonces estarán inmersos en cuestiones que no valen la pena.
Si un día su hermana quiere leerles algún libro en desorden mientras esperan afuera de la sala de urgencias, no le pidan el separador y escúchenla.
Nunca le escriban a los antidepresivos juramentos que no van a cumplir.


II

Si en el rostro tienen una cicatriz
salúdenla amablemente
cada vez que se vean al espejo porque es suya.

Nunca escuchen al cura diciendo:

La muerte sueña que tiene a la Biblia en sus manos.
De ser así, ¿quién no se ha quedado dormido con un libro pegado al pecho?

Señor protozoario:
¿Si usted volviese a ser esperma,
devoraría la caoba del cistoscopio?

Jamás le mencionen a un esqueleto la palabra porno.

Jamás le digan a su hermana esquizofrénica la continuación de un relato.


III

Señores protozoarios:

Parece que una constante en esta vida, posiblemente, sea el hecho de que parece que una constante en esta vida, posiblemente, sea el hecho de que parece que una constante en esta vida, posiblemente, sea el hecho de que parece

que partir del llanto divorciado
de un hospital general y estricto
de una aspiradora que no exhala
por problemas pulmonares
de un aparato que huele a piñata,
a sudor y suéter verde de secundaria,
sea matar de un impacto al pellizco.

¿Acaso no es cansado medir la urticaria en una balanza?
Una boca lenta succiona el líquido amarillo de una mujer parapléjica
y el lomo de cactus se escapa de sus vértebras.
En la almohada de la Alameda Central,
aún con yagas,
unas aspas pueden hinchar la pestaña del bracero.

Verte bracero degustar la aspiradora.
Verte bracero venir del llanto.
Verter al bracero en el ojo de su empaque.

Porque parece que una constante en esta vida,
posiblemente, sea el hecho de que parece que una constante
en esta vida…