Washington Benavides
La jugada de ajedrez Interrupta
A Tristan Tzara
Yo no aprendí a jugar El ajedrez a tiempo. (En la provincia lo jugaban viajeros de comercio y tenderos, con algún médico y algún profesor) Porque de haber sido acólito De Tristán Tzara en el Café Voltaire En Zurich, podría haberme trenzado Con el mismo Lenin Luciente en la vereda su calva y su pelo Rojizo. Tal vez hasta me hubiera convencido Con alguna de sus Instrucciones Para El Caminante (que después algún secretario Transformó en Dogmas). Imagínense si el mismo Francis Picabia Me hubiera retratado Como lo hizo con el maestro Tzara. Pero lo cierto cierto Es que me lo perdí casi todo Por no haberme adiestrado en el ajedrez (también leí a destiempo el poema de Fernando Pessoa sobre los ensimismados jugadores de ajedrez a los que no perturba ni distrae la feroz batalla que los envuelve en sangre y destrucción.)
2
Dos textos desearía recordarles De Tristán Tzara:
LA MUERTE DE GUILLAUME APOLLINAIRE "SE PODRÍA COMPRENDER 338 la muerte sería un bello y largo viaje y las vacaciones ilimitadas de la carne de las estructuras y de los huesos" y la incomparable
CANCIÓN DADA
1
la canción de un dadaísta que tenía dadá en el corazón cansaba su motor demasiado que tenía dadá en el corazón el ascensor llevaba un rey autónomo de carnes gordas cortó su gran brazo derecho lo envió al papa de roma por eso el ascensor ya no tenía más dadá en el corazón coman chocolate al cerebro lavanda dadá dadá beban agua
II
La canción de un dadaísta Que no era ni alegre ni triste Y amaba a una bicicleta Que no era ni alegre ni triste Mas el esposo el 1° de año Sabía todo y en una crisis Envió al vaticano Sus dos cuerpos en tres maletas Ni amante Ni ciclista Estaban ya ni alegres ni tristes Coman buenos cerebros Laven a su soldado Dadá Dadá Beban agua
III
La canción de un ciclista Que era dadá de corazón Que era por ello dadaísta Como todos los dadás de corazón Una serpiente llevaba guantes Cerró pronto la válvula Se puso guantes de piel de serpiente Y fue a abrazar al papa Es conmovedor Vientre en flor Ya no tenía dadá en el corazón Beban leche de pájaros Laven sus chocolates Dadá Dadá coman ternero
TRISTÁN TZARA.
Pero el inventor del dadaísmo era mucho más grande Que DADÁ Y se comprometió con el Surrealismo Y lograron su poker de ases Con Soupault, Aragón y Breton.
Y cuando la falange se sublevó Contra la República Generosamente Tristan Tzara Levantó su puño. Y se unió con las Brigadas Internacionales.
Desde "La primera aventura celeste del Señor Antipyrine" pasando por sus "7 Manifiestos" Hasta "L’antitete" de 1933, el señor Tristán Tzara Supo de "la mágica diligencia de las noches incompletas De las noches ingeridas precipitadamente de bebidas amargas ingeridas precipitadamente Noches ocultas bajo la terrosa estera de nuestras lentas pasiones Sueños áridos por inmensas miradas de cuervos picoteados..."
Señor Tristán Tzara, Señor Antipyrina, Señor poeta irredento: Aprenderé a jugar con trebejos de marfil o reducciones Jíbaras; Con esqueletos mejicanos Que lo juegan muy bien.
|