cornisa-inditos.jpg

No. 78/Abril 2015



Jeanne Karen
(San Luis Potosí, 1975)


Ferocidad y flor

Deseaba cuestionarla, quitarle los pétalos, pero sabía que nunca me hablaría, que no podría darme las respuestas futuras, estaba ahí, aromática, iluminada, irresistible.

La cama era un reino de nieve y el techo la cúpula del cielo, había nubes en mi cabeza. Él era la expresión de todo impulso: ansiedad, sueño.

Tendida, abierta sobre las sábanas, los pensamientos me invadían poco a poco.

Flor, cruel reflejo, ¿Por qué no decirme, por qué no hablarme de él y del tiempo, de él y los anhelos, por qué no expresar lo que por ese instante pasaba por su mente?

Más que su piel, más que su boca que se dibuja hermosa como una realidad aparte −en su boca se puede ver el universo−, más que todo, es ese descarrilarse, esas ideas que viajan a través de los impulsos eléctricos, es el asombro, todo misterio, toda tranquilidad lo que quiero. ¿Cómo sería posible no amarlo, no tener la necesidad de mirar a través de cada vagón, decodificar la imagen, darme cuenta de qué ha sido lo que lo convirtió en extraordinario?

Entonces, flor de mi perturbación, me dirás lo que guardan esos ojos, un pétalo una respuesta, no quiero saber si me quiere, preciso saber qué materia conforma su larga fantasía, qué sabor guarda entre los labios, qué lo mueve, quién es, de dónde vino, ¿por qué ha invadido sin piedad las costas de mi cuerpo?

a) Acerca de la rosa que no muere: no habla, pero su idioma es esa necedad de permanecer.
b) Lo azul es todo placer, lo rojo es exaltación, tiempo. Otra vez y otra vez. Me encuentro en el laberinto de nuestras miradas: eres el otro lado, la luz y el túnel. Mi corazón conoce el canto del tuyo. No nos encontró el día, tú y yo lo hemos hecho al tocarnos. La luna es una lengua fría sobre la piel nocturna. Yo soy tu oscuridad, tu pizarra, escríbeme, escribe en mí. Hazme un tatuaje de recuerdos que ardan cada día.
c) Guarda entre mis piernas todos tus secretos. Las lágrimas que jamás hemos visto son bestias que nos persiguen, estamos en paz. Brilla al fondo el pez de la imaginación y no se agota, no será devorado.
d) Sentir la humedad que me regala tu lengua durante el beso es saber que el sexo existe, el placer me consume.
e) Soy una fiera, un cuchillo, la espera.
f) Toda tuya incandescente, terrible, viva.