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No. 86 / Febrero 2016


Sandra Lorenzano
(Buenos Aires, 1960; vive en la Ciudad de México)



No se trata solo…

Como si cada vez se escaparan las palabras.
Como si el cincel de las horas borrara las huellas
y obligara a buscar otra vez desde el principio:

           (malvones y ríos,
           luz en los rayos de alguna bicicleta)

una marca que haga del aire
aliento de hogar.
En blanco y negro la memoria:
igual que el álbum que heredamos
                      sin darle importancia.

No aprendimos los nombres ni las risas.
No supimos las fechas ni los miedos.
Solo algunos muertos y la historia aquélla
del kepí y la bala.
Nada heroico.
Vidas tejidas al crochet
para poner después en la mesita.
Dicen que entre hielos nadaba
            −de chico-
el abuelo ruso.
No supimos.
Recibimos formales pedazos de vida
                        y los ignoramos.
Ninguna moraleja:
Un vacío simple.
Y el viento.
Como siempre.