No. 92 / Septiembre 2016
y la gente iba a caminar iba a caminar para ser bautizados
por Juan el bautista
y Juan el bautista cuando predicaba su mensaje era directo
su mensaje no era
escondido su mensaje no era suave su mensaje
perverso más que todas las cosas es
perverso quien lo conocerá
***
el peso de la luz
sumerge en el concreto estas casas
estos ojos
en los pastizales de la mirada jamás
habrá afuera
***
Nuestro patio nunca está vacío
un deforme grupo de chinches se agolpa
unas contra otras cerca de mi cactus favorito.
Como todas las mañanas corro a verlas: son negras y sus
vientres ajados se despliegan como puente entre el día y mi pie desnudo.
Eventualmente los gritos de mi madre
me colocan los zapatos: mientras corro mis dedos
acarician la viscosa sensación del apuro.
***
irrumpir en el flujo
etéreo del medio día disfrazado
de zapato de patada voladora de grafiti
entre las nubes
adentrarse
en el basurero donde yacen todas las explicaciones
***
Tenderetes que propician el misterio.
¿qué hace
inmóvil
más allá de los límites
el abandono?
Las ventanas
reconstruyen el peregrinaje de las horas
junto a mi terraza
él el gorrión estaba colgado