No. 39 / Mayo 2011 |
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Ángel Ortuño
La exótica semana de evasión
Nada tiene en el mundo la menor importancia, salvo decirlo así con un acento que debe sus mayores aciertos al primer cine mudo o con frases obscenas o blasfemas mientras se lanza el humo del cigarro sobre las largas botas de la mujer desnuda que nos mira como un candado al fondo de una pecera turbia. Cuando me conoció yo ya tenía un reloj (buena marca) y había viajado: no exagero si hablo de mi fama. Sé lo que es un avión MIG-15 aunque el modelo a escala esté irreconocible a fuerza de mordidas y el problema de los ruidos nocturnos pareciera deberse a costumbres de esclavos resentidos que nunca aprenderán a comer sin causar asco por su avidez y falta de modales al mecerse, colonizados en sus superficies y cavidades por inimaginables bacterias oportunistas. Mi perro y yo, señor, tenemos hambre. Y podría ser peor. Los albinos traen suerte En las minas de diamante o cuando ocurre una herida profunda. Para beber su sangre porque hay que cuidar la salud (un tesoro confiado a ese fantasma detrás del que ahora corren mientras siga con vida para secar sus ojos que son el verdadero origen del polvo de unicornio). Si van a presentarse altos ejecutivos y no todo está en orden. Incluso no te quieren y se ponen zapatos de tacón para pisar tus manos mientras fuman: femeninos superlativos plurales y hablantes de lenguas americanas en extinción. En Burundi Tanzania o Kenia pocos pueden comprarlos. Pero bastan. Texas es más grande que el mundo
Overflow of love
Jackyl
Cualquier
sentimiento puede expresarse con una flor pero Leatherface• prefiere su motosierra luego de asegurar brazos y piernas con tiras de metal y poderosos golpes de martillo al resonante letrero de la florería. |
• No es de naturaleza sádica o maligna pero
obedece siempre a su familia: la sierra es la familia. El médico dice que no es nada. {moscomment} |