Hay un barco por el mar de nosotros.
Un barco que lleva y trae su carga
de tu boca a la mía. Un barco
que parece tocar un país cuando toca
tus labios, un barco que son dos barcos,
pero que al efectuar este trasiego de su carga,
se vuelven uno solo.
Va y viene de tu boca a mi boca,
porque hay algo en su travesía que los une,
que los funde hasta ser el barco
que nos pone carne contra carne, a navegar