Selección de poetas suecos, por Hebert Abimorad. Kennet Klemets (Gottröra, 1964) Reside en Gotemburgo. Poeta y traductor. Integra el grupo poético Wunderbaum en el año de 1990. Dirigió las revistas Hovdini y Sheherazade. Publicó su primer libro, År med tretton månar, en 1997, y su quinto, Kling kling, en 2009. Biotopo de la playa Aquí llegamos en chancletas, bañadores y bikini nosotros, bañistas, lo único en constante cambio en este entorno cruzando adelante entre otros bañistas tirados en la arena de espaldas, de estómagos, de un lado o sentados con sus miradas fijas hacia delante entre niños rigurosamente untados con bronceador afanados en sus juegos entre los chicos de la ciudad que juegan al fútbol o hacen malabarismos artísticos para sorprendernos Elegimos la tumbona de la larga fila de tumbonas y de repente, de ninguna parte viene el que las arrienda con su cartera en el vientre sin decir una palabra toma el dinero despliega la sombrilla y de la misma manera repentina desaparece nuevamente (como los arrendadores de hidropedales y de trajes de buceo hay quienes arriendan tumbonas al igual que ellos están en ninguna y en todas partes) Ahora nos acostados aquí bajo el sol, nos giramos regularmente como trozos de carne sobre una parrilla (a la distancia parece que hemos sido dado vueltas por una mano invisible) En el cielo los aviones se acercan y se alejan de manera interrumpida con bañistas nuevos y los que vuelven a sus casas (bombea dentro y fuera sangre en el corazón del biotopo) Los marroquíes vendedores de helados con su caja en el vientre van de un extremo a otro de la playa gritan: ¡Magnum helado! lgunas veces dejan su caja se sientan jadeando bajo una sombrilla, se secan la frente y quizás sueñen con una taza de té de menta en un café fresco al otro lado del mar Las delicadas, musculosas masajistas, todas asiáticas menos María Masajista (con énfasis en la e:t tirando a la oe), la alemana que en confianza dice para que todos oigan que es la única con formación de masajista se mueve con rapidez en la playa con sus bancos plegables de masajes de repente! bang! Se enfrentan dos de ellas, una masajista ha estado en el dominio de la otra se pegan, luchan mientras nosotros los bañistas las miramos divertidos y en silencio El socorrista, encaramado en su silla alta, busca con su mirada indolente y altivo sobre el agua como un gran depravador En el agua se mueven los hidropedales se sacuden alrededor, en círculos como enormes insectos que perdieron un ala Muy encima ciernen los planeadores en su propia superioridad en el cielo Y allá a lo lejos, debajo del horizonte, viajan los refugiados en inestables botes pero no sabemos nada de ellos antes que un oleaje nos alcance en la playa una, y otra y muchas veces que pega y ruge hasta que todo vuelve a ser como antes no, no notamos nada oímos el rumor sobre cuerpos muertos que flotan en una playa desierta europea algunos kilómetros de aquí Desconocidos el uno del otro vivimos uno del otro en este sistema de operaciones, en esto de dar y tomar todos somos extraños pero ninguno es Extraño, nadie camina sin meta, todos tienen su lugar y tarea, todo y todos estamos incluidos en esta balanza del biotopo bañados en el sol Temprano por la mañana mientras la mayoría de los habitantes del biotopo duermen en hoteles y cuevas los limpiadores conducen sus tractores de un lado a otro de la playa rastrillan las huellas del día anterior preparando el lugar para este nuevo día
Lanzarote abril 2006
|