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Piedra de Sol
Octavio Paz, Fondo de Cultura Económica, México, 2007 (edición facsimilar conmemorativa de los 50 años de la primera edición de 1957)
 

Por Carlo Ricarte
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El 28 de septiembre de 1957, Octavio Paz saca a la luz Piedra de Sol. Cincuenta años después, hoy; el Fondo de Cultura Económica publica el facsimilar de la primera edición del poema en la colección Tezontle, que estuvo a cargo de Alí Chumacero. Se tiraron 300 ejemplares numerados y firmados por el autor. Lo interesante de esta primera publicación es que al final se incluye una nota de Paz que es retirada en las reimpresiones. Allí, el poeta aclara que en la portada del libro aparece la cifra 585 escrita con el sistema maya de numeración; y asimismo, los signos mexicanos correspondientes al Dia 4 Olín (Movimiento) y al día 4 Ehécatl (Viento) figuran al principio y fin del poema. Este se compone  por 584 endecasílabos (los seis últimos no se cuentan por ser idénticos a los primeros). El número de versos es igual al de la revolución sinódica de Venus. También para los antiguos mexicanos cada 584 días Venus se conjuntaba con el Sol, anunciando el fin de un ciclo y el principio de otro. La dualidad del planeta Venus también es destacada, ya que aparece dos veces al día, como estrella de la Mañana (Phosphorus) y como Estrella de la Tarde (Hesperus).

Esta edición de la que ahora podemos disponer, va acompañada de un libro de lecturas de autores diversos que a lo largo de 1958 a 2006 observaron y destacaron la importancia de Piedra de Sol. El índice está integrado por Hugo J. Verani, Ramón Xirau, Tomás Segovia, José Emilio Pacheco, Maya Schärer-Naussberger, Pere Gimferrer, Jason Wilson, Paul-Henri Giraud, Francesco Fava, y Nicanor Vélez.

De las reflexiones de los expertos, y con una o dos piedras del que escribe, así se expone Piedra de Sol, cincuenta años después, hoy.

Aquí tenemos el primer poema extenso de Octavio Paz, un poema de madurez que marca el fin de un ciclo y abre otro. Todas las partes del poema son una. Yuxtaposición, composición y acumulación: un río, el río árbol, el árbol uno, poema. Su forma cíclica, no hay puntos finales, sino comas y dos puntos; el doble espacio marca el silencio. Treinta y tres son las estrofas. Principio y fin se confunden. Se empieza con minúscula, se acaba con minúscula: el eterno retorno. El símbolo del antiguo calendario del Sol azteca: “Piedra del Sol” es la imagen del fluir del tiempo, va hacia delante como hacia atrás, hacia fuera y al origen. Pero también se puede interpretar como el fluir detenido, tiempo petrificado y luz hecha piedra. El poema dijo Paz en una entrevista “en apariencia es autobiográfico; en realidad es la biografía de una generación marcada por ciertas ideas, como la guerra civil española.” También es una meditación sobre la memoria, el acto de escribir y sobre todo es un canto al amor y a la mujer, porque el amor fundamenta el mundo:
                            
                                 amar es combatir, si dos se besan
                                    el mundo cambia

El tema central del poema es el instante, y en el instante amoroso se recupera la verdadera libertad. La amada, tú: “he olvidado tu nombre, Melusina, Laura, Isabel, Perséfone, María, tienes todos los rostros y ninguno, eres todas las horas y ninguna”. Ella permite la otredad, en la que el somos, Venus “puerta del ser”: “adonde yo soy tú somos nosotros”. Ella también es un paisaje, el mundo, ciudad, calle, piedra:

                               voy por tu cuerpo como por el mundo
                                  tu vientre es una plaza soleada,
                                  tus pechos dos iglesias donde oficia
                                  la sangre sus misterios paralelos

 

Cuando mujer y mundo se hacen un solo cuerpo, se vislumbra la plenitud, pero esta es fragmentaria, por lo que el  yo  tiene que recorrer los fragmentos. El yo se desprende del yo, y se continúa en la búsqueda del instante, de la unidad. En Piedra de Sol la visión es simultánea, las imágenes se sobreponen. Se busca el instante también en la Historia: en la muerte de Abel, en la tragedia de Agamenón y Casandra, en la ruina de Nínive, en la derrota de Bruto, de Moctezuma, en la muerte de la revolución y de sus ideólogos: Robespierre, Trotski, Madero y hasta Sócrates.

El poema quiere introducir al lector en el ahora. Lo que está pasando ahora está pasando siempre:   

 

                                      no pasa nada, callas, parpadeas

 


En el poema se reconcilian los opuestos, y allí la eternidad, que brilla, se repite: el amor, la imagen, Piedra de Sol, cincuenta años después, hoy:
 
                                      un sauce de cristal, un chopo de agua,
                                         un alto surtidor que el viento arquea,
                                         un árbol bien plantado mas danzante,
                                         un caminar de río que se curva,
                                         avanza, retrocede, da un rodeo

                                         y llega siempre:
 
 
 

 
 
 
 
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