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En 2006, la colección Voz Viva de México sumó a su catálogo el disco compacto de la poeta y narradora Angelina Muñiz-Huberman, con un texto de presentación de Adolfo Castañón. En este número, presentamos tres poemas extraídos de esa edición. Corre la voz de que Angelina Muñiz conoció dos veces el destierro pues, hija de una familia española refugiada en México, oyó de labios de su madre que eran, todos sus consanguíneos y ella misma, de raíz judía pero que habían tenido que ocultarla desde siempre. Esta revelación sería decisiva en la vocación poética y literaria de la polígrafa. La poesía y la literatura escrita por Angelina se inscriben en un singular horizonte renacentista. No campea por los espacios de la italiana florentina sino por los de un renacimiento anterior. Me refiero a esa prodigiosa fusión de las culturas cristiana, árabe y judía que se dio en esa España mozárabe y sefardí […]. Hija pródiga de una tradición a medias sepultada, Angelina practica en sus letras, escritas a caballo de la historia y de la fantasía, un oficio de piedad y reconciliación. Adolfo Castañón
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