Entrevista con Kyra Galván |
Por Eva Castañeda |
Soy uno de esos bichos raros que estudiaron economía y escriben poesía, Gabriel Zaid y Tony Deltoro también son un ejemplo. La economía te da una visión más global de la realidad, aunque también hay que decir que a veces las teorías económicas tratan de explicar el mundo, aspecto que yo criticaba [...] sobre la generación del desencanto, justo a través de la literatura nos fuimos enterando del estado de cosas imperante. Por ejemplo, nos enteramos a través de Solzhenitsyn que existían los Gulag y la represión a los intelectuales; a través de la poesía de Ana Ajmatova, la represión del estalinismo del Premio Nobel Pasternak, que lo mantuvieron prisionero y no lo dejaron ir a recibir el premio. Cito el libro de una china, Los gansos salvajes, novela que habla de tres generaciones de mujeres chinas, la última es la de su madre y expone todas las atrocidades que se cometieron en nombre la Revolución Cultural China. La literatura también nos abre los ojos a lo que la economía no ve. La economía nos ayuda a entender la parte técnica y la literatura la parte humana. |
No. 38 / Abril 2011 |
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Entrevista con Kyra Galván |
Por Eva Castañeda |
Empiezas a publicar en los ochenta, sin embargo viviste la eclosión de poetas durante la década anterior. Ambos periodos son seminales para el estudio de la poesía mexicana, pues surgen distintas dicciones poéticas difíciles de encasillar. ¿A qué atribuyes que en estas décadas se haya dado una explosión de poetas?
No sé, es una pregunta difícil, el 68 es un paradigma, además está el mayo francés. La música también influyó muchísimo, aunque yo era una niña entonces, fueron acontecimientos que nos marcaron a toda una generación. Hablando de lo literario, yo empecé en el taller de Juan Bañuelos en Difusión Cultural de la UNAM, que fue a mediados de los 70, estaba en la preparatoria. Era una generación muy combativa, se juntaron varias cosas: estaban las teorías sociales y económicas bullendo; estudiábamos a Marx y a Lenin, el feminismo. Era el momento, supongo que eso provocó un resurgimiento en la poesía, había poetas mayores que hablaban de temas sociales como Benedetti, Neruda estaba en pleno. También había pasado la Revolución Cubana. Históricamente se juntaron varias cosas. Pertenecer a una generación marcada por acontecimientos tan importantes, ¿qué represento para ti? Creo que nos abrió puertas para conocer el mundo, la poesía y la literatura. Yo fui amiga de mucha gente, por ejemplo de los Infrarrealistas, aunque yo no formé parte del grupo. En algunas nóminas que dan cuenta de los integrantes del Infrarrealismo, apareces, además Mario Santiago dedica a Roberto Bolaño y a ti el poema, Consejos de un discípulo de Marx a un fanático de Heidegger. ¿Cuál fue la relación que estableciste con los Infrarrealistas? Nos conocimos en el taller de Juan Bañuelos, éramos amigos y éramos un grupo muy cercano en ideología y en gustos de poetas. Yo fui muy amiga de Mario Santiago, él me ayudó a adentrarme en el feminismo, me regaló libros. Me abrió los ojos a muchas cosas, por lo cual siempre le estaré muy agradecida. El problema es que ellos tenían una postura muy radical ante ciertas cosas que en realidad no era tanto de contenido como de forma. No me gustaba que fueran tan agresivos, iban a lecturas de poetas que ellos llamarían ñoños o pequeños burgueses y los saboteaban, los insultaban. A mí eso no me parecía, creo que cualquier persona merece respecto. Finalmente éramos amigos, pero no quise formar parte del grupo. ¿Cuál y cómo es el paso de la Kyra economista a la Kyra poeta, y en qué sentido esa formación de economista ha influido en tu obra poética? Soy uno de esos bichos raros que estudiaron economía y escriben poesía, Gabriel Zaid y Tony Deltoro también son un ejemplo. La economía te da una visión más global de la realidad, aunque también hay que decir que a veces las teorías económicas tratan de explicar el mundo, aspecto que yo criticaba. Regresando a la pregunta inicial sobre la generación del desencanto, justo a través de la literatura nos fuimos enterando del estado de cosas imperante. Por ejemplo, nos enteramos a través de Solzhenitsyn que existían los Gulag y la represión a los intelectuales; a través de la poesía de Ana Ajmatova, la represión del estalinismo del Premio Nobel Pasternak, que lo mantuvieron prisionero y no lo dejaron ir a recibir el premio. Cito el libro de una china, Los gansos salvajes, novela que habla de tres generaciones de mujeres chinas, la última es la de su madre y expone todas las atrocidades que se cometieron en nombre la Revolución Cultural China. La literatura también nos abre los ojos a lo que la economía no ve. La economía nos ayuda a entender la parte técnica y la literatura la parte humana. Vicente Quirarte señala que tu poesía se inscribe en la línea de lo coloquial, ¿estás de acuerdo, en qué línea ubicas tu poesía? Yo no me ubico, por ejemplo, mi primer libro Alabanza escribo lo clasificaría como poesía urbana, el segundo como poesía amorosa, y el tercero como una poesía del exilio porque así la llamó Angelina Muñiz Huberman. No creo que yo la pueda clasificar en una sola línea. ¿Dónde queda el feminismo? El feminismo ha estado y va a seguir estando en mi poesía subsiguiente, porque para mí es muy importante defender los derechos de la mujer, siento que todavía hay machismo, lo he vivido y lo vivo como poeta. No puedo evitar hablar del poema Contradicciones ideológicas al lavar un plato, ha sido un poema emblemático en tu obra y es quizá el más antologado, ¿a qué le atribuyes su vigencia y la buena recepción? Si ha causado revuelo o sensación es porque toca fibras sensibles, las mujeres se identifican y encuentran cuestiones que seguimos planteándonos, ese es el punto medular. Sigue existiendo el machismo y desafortunadamente ahora está muy disfrazado, nos siguen discriminando, pero como está barnizado ya no te das cuenta. Aunque también es cierto, las mujeres tienen más espacios. Tengo una anécdota; hace un par de años fui jurado en un concurso de cuento y poesía en Chilpancingo, conocí a una maestra rural, ella también era jurado del concurso. Me conocía por el poema. Me contó que cada ciclo las alumnas de tercer año de secundaria leen mi poema en la plaza de Chilpancingo. Esto me conmovió, así que lo seguiré leyendo. En tu poesía es fácil encontrar reflexiones sobre la historia, ya sea para desmitificarla, subvertirla o para burlarte de ella. Háblame de la relación poesía-historia. A mí siempre me ha fascinado la historia, por eso escribí una novela de tema histórico, Los indecibles pecados de Sor Juana, creo que son asuntos que están totalmente ligados. Por ejemplo, tengo tres epigramas sobre Cleopatra, a través de la historia hago una reflexión. Simplemente me fascina. Viviste en Japón y luego en Londres, 12 años en el extranjero, ¿de qué forma se reflejan estas vivencias en tu poesía? Elsa Cross está preparando una antología sobre cómo ha influido el oriente a los poetas mexicanos, tal es el caso de Tablada, Paz y Elsa misma. Para mí Japón fue un hito, en mi vida es un antes y después, me abrió en todos los sentidos. Fue muy duro enfrentarse a una realidad tan diferente, todo lo que daba por sentado cambió de forma radical. Por ejemplo, cuando llegué a Japón me volví analfabeta de un día para otro, no hablaba la lengua ni la llegué a dominar nunca, y leer, ni pensarlo, necesitas muchos años para aprender cinco mil Kanjis. Enfrentarme a costumbres, mentalidades y movimientos completamente diferentes, me benefició porque me abrió la percepción de un modo que no imaginé. Tengo la idea de escribir una novela hablando de mis experiencias en Japón. Ha sido un cuestionamiento fuerte de mí misma y de lo que me rodea, esto me enseñó a cuestionar mi entorno, mi aprendizaje y mi percepción de la realidad. En el caso de Inglaterra no me enfrenté a una cultura tan diferente, finalmente somos occidentales. Más bien ahí surgió una especie de enamoramiento, me costó desprenderme de ella. Es una cultura muy rica y espiritual, creo que estas raíces vienen de los celtas y los vikingos. Es un lugar mágico. ¿Crees en una poesía hecha por mujeres, en una poesía femenina o la poesía es poesía y ya, sin marcas de género? No, yo creo que sí tiene género porque si lees poesía escrita por un hombre es inconfundible. Sí tiene géneros, pero no tiene porqué ser extremista: feminista o machista, a veces se dan los extremos y no es bueno. ¿Desde dónde construyes tu poética, qué te ha determinado, cuáles son tus influencias? A veces estas cosas no son concientes. He leído mucha poesía universal, pero hay poetas que me han marcado más que otros. Los de lengua española: García Lorca, Borges en su última etapa, Manuel Altolaguirre, Miguel Hernández, Jaime Sabines y López Velarde. Dylan Thomas me ha marcado, pero finalmente los asimilas y no son ellos, ya eres tú la que habla. Lo que más me influye son cuestiones que me inquietan sobre la vida en general. Tengo un poema inédito en relación a una fotografía que sacó un fotógrafo de la World Press, en la que están unas mujeres viendo las ruinas de Beirut, tapándose la cara con un pañuelo, pero ellas van en un coche deportivo, con joyas, con chofer, como en un tour; esto es algo que me conmociona y decidí escribir un poema. O puede ser acerca de un hecho histórico, Cleopatra es un personaje que me atrae, o simplemente cosas de mi vida personal: relaciones con los hijos, con la madre, en fin. Escuchándote, parece que tu poesía tiene un anclaje muy humano. En ese sentido: a lo largo de la historia el papel del poeta se ha modificado, en algún momento era el portador de las palabras de la tribu como decía Mallarme, ahora muchos poetas dicen “yo escribo para mí, no pienso en un lector o en la realidad”. ¿Cuál crees tú que es el papel del poeta hoy día, si es que tiene un papel, cómo lo asumes tú? Paz escribió mucho sobre lo que es la poesía, el poeta; leerlo siempre es un placer. Creo que las cosas han cambiado mucho, en la época en que yo empecé a escribir, el poeta era un revolucionario, tenía un papel social, algo que ya habían experimentado poetas consagrados como el mismo Paz en su época o Neruda, etc. Yo creo que ahora volvemos a la cuestión del desencanto, estamos viviendo una época muy diferente donde los jóvenes ya no tienen ideología, se ha perdido el interés por leer poesía, parece que sólo está en ciertos círculos de élite. La tendencia ahora es más hacia ser subjetivo, hablar sólo de uno mismo. Creo que es importante mantener esa relación entre tu ser interior y lo que sucede en el exterior, porque si no, te pierdes totalmente en la subjetividad. ¿Crees entonces que este desligarse de la realidad va en detrimento de la poesía? Es un síntoma de lo que pasa en la sociedad ahora, todo gira alrededor del yo, te comunicas con la gente pero a través de Internet, aparentemente tienes muchos amigos pero no hay contacto humano. Es una desintegración del yo. Al mismo tiempo esa poesía da cuenta de lo que está pasando pero no se transforma en algo positivo, sólo señala. No hay una ideología ni dirección, no hay conciencia social. ¿Inspiración o conciencia? ¿Cómo trabaja Kyra? Yo creo que debe haber trabajo constante y disciplina. Claro que a veces ayuda que tengas cierta creatividad, pero yo pienso que la creatividad puede ejercitarse. Siempre les digo a mis alumnos que el talento es un 10% y el trabajo es un 90%. Porque si no hay trabajo, aunque tengas mucho talento no vas a llegar a ningún lado. Entonces sí es más importante el trabajo que la inspiración. ¿Qué es tu poesía para ti? Es mi vida, es un amor que ha ido madurando con los años, no puedo vivir sin releerme, es algo que me alimenta todo el tiempo. Yo voy a seguir escribiendo poesía independientemente de que me la publiquen o no. Es algo que gozo profundamente. Esta estancia en el extranjero te mantuvo alejada del panorama poético de México, ¿cómo ha sido este regreso, esta reincorporación a tu realidad cultural? Fue duro, me llevó casi otros diez años, me topé con que ya no conocía a nadie en el medio, fue muy complicado volver a entrar, hubo gente que me trató muy mal. Fue un proceso importante conmigo misma, estudié la carrera de fotografía y dejé un poco la literatura, pero finalmente regresé convencida y con una voluntad de hacerlo pasara lo que pasara, creo que está dando frutos. Acaba de salir un libro inédito, Espejo celestial, en Ediciones sin nombre. Tengo ahora Incandecescente, la recopilación de mi obra, lo cual es bueno porque ya no se conseguían las ediciones anteriores. No se cómo se vaya a recibir porque es muy diferente, es un proyecto planeado, el tema es diferente, es sobre poesía espacial, es quizá un momento de transición entre esta poesía y la que va a venir.
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