No. 89 / Mayo 2016
Al entrar en la ciudad
se lavó la cabellera
la trenza sacudió
contra su espalda
y abrochó el ceñidor
cuando se puso la tiara
elevaste el rostro
Preserva el amor en la ciudad
amurallada
de día y de noche construye
sus baluartes
puentes rocosos sobre el río
palacios
Deja caer tu vestimenta
para que él caiga sobre ti
su cuerpo será suyo
y acaso olvide el lugar
donde nació