No. 98 / Abril 2017
La sangre
Como una mala traducción del vino
recorrerá tu organismo.
Hervirá en los instantes negros de la luz
drenando la nieve seca en tu cerebro.
Caminando por el cielo
o alcanzando las bengalas
de una guerra o una revolución,
se manifestará sin razón alguna.
Como humo
La poesía es un atentado celeste
que baja del cielo para intoxicarnos.
En pastillas o espirales de humo
nos contrae el estómago
y nos alista para la abducción.
Primer contacto
Hay una especie de Dios al fondo de mi vaso.
Le gusta decirme que lo beba
mientras me sujeta la garganta.
¡Pobre Dios,
sólo quiere que lo ame!
La historia del dios melancólico al fondo del salón
Hubo alguna vez
un Dios melancólico
que jugaba con los niños.
Solía mirar por la ventana y contar sus monedas.
Los niños se acercaban para hablarle,
le daban la mano
e incluso le besaban los pies
los lamían.
Otros apoyaban su cabeza arrodillados.
Ellos lo amaban.
Era un Dios mudo y tonto
al que sólo le gustaba escuchar.