La cámara verde

El batir de alas debajo de mí 
Por Cristina Rivera Garza
 

Sé que tiene sus detractores, Diciembre. Pero quien me conoce sabe que es uno de mis meses favoritos. Ni modo. La Cámara Verde se pone a dicembrear, cómo no. Dicembrear que quiere decir volver a casa, dar y recibir abrazos, asentir. Dicembrear que quiere decir aroma de mandarina y ruido de leños (¡mira cómo crepita frente a ti el verbo crepitar!); que quiere decir luces de bengala, cocina tibia, gruesos calcetines de lana. Dicembrear que ahora también quiere decir, gracias a John Wieners y la traducción que de su trabajo hacen Guillermo Parra y Dayana Fraile, “el batir de alas debajo de mí”. John Wieners, nos dicen Guillermo y Dayana, nació en Milton (Massachusetts) en 1934. Recibió una licenciatura del Boston College en 1954 y se mudó a North Carolina para estudiar en el Black Mountain College bajo la tutela de Charles Olson y Robert Duncan. Regresó a Boston en 1956 y editó tres números de una revista literaria titulada Measure. Desde 1958 hasta 1960 residió en San Francisco, jugando un papel protagónico en el San Francisco Poetry Renaissance, un grupo de poetas experimentales reunidos bajo la figura de Jack Spicer y Robert Duncan (los poetas de este movimiento escribían desde afuera de la academia y se esforzaban por construir una escena local). En 1965, inició estudios de doctorado en la sede de Buffalo de The State University of New York. En 1970, se radicó en Boston, ciudad en la que murió en marzo de 2002. Allí trabajó como actor en algunas obras de teatro, formó parte de cooperativas educativas y comités de acción política. Es recordado como un gran activista del movimiento de liberación gay.

No. 45 / Diciembre 2011-enero 2012

 

La cámara verde


El batir de alas debajo de mí

Por Cristina Rivera Garza

 

Sé que tiene sus detractores, Diciembre. Pero quien me conoce sabe que es uno de mis meses favoritos. Ni modo. La Cámara Verde se pone a dicembrear, cómo no. Dicembrear que quiere decir volver a casa, dar y recibir abrazos, asentir. Dicembrear que quiere decir aroma de mandarina y ruido de leños (¡mira cómo crepita frente a ti el verbo crepitar!); que quiere decir luces de bengala, cocina tibia, gruesos calcetines de lana. Dicembrear que ahora también quiere decir, gracias a John Wieners y la traducción que de su trabajo hacen Guillermo Parra y Dayana Fraile, “el batir de alas debajo de mí”. John Wieners, nos dicen Guillermo y Dayana, nació en Milton (Massachusetts) en 1934. Recibió una licenciatura del Boston College en 1954 y se mudó a North Carolina para estudiar en el Black Mountain College bajo la tutela de Charles Olson y Robert Duncan. Regresó a Boston en 1956 y editó tres números de una revista literaria titulada Measure. Desde 1958 hasta 1960 residió en San Francisco, jugando un papel protagónico en el San Francisco Poetry Renaissance, un grupo de poetas experimentales reunidos bajo la figura de Jack Spicer y Robert Duncan (los poetas de este movimiento escribían desde afuera de la academia y se esforzaban por construir una escena local). En 1965, inició estudios de doctorado en la sede de Buffalo de The State University of New York. En 1970, se radicó en Boston, ciudad en la que murió en marzo de 2002. Allí trabajó como actor en algunas obras de teatro, formó parte de cooperativas educativas y comités de acción política. Es recordado como un gran activista del movimiento de liberación gay.

Guillermo Parra y Dayana Fraile tienen ya una larga trayectoria como traductores de poesía. Asentados en Carolina del Norte, se han convertido en los vasos comunicantes entre cierta poesía experimental de Estados Unidos y sus referencias latinoamericanas del caso. De ida y de vuelta, pues, Guillermo y Dayana nos van ayudando a esclarecer los mapas movedizos de tradiciones que se encuentran. Guillermo Parra (Cambridge, MA, 1970) escribe el blog Venepoetics. Ha publicado dos libros de poesía, Caracas Notebook (Cy Gist Press, 2006) y Phantasmal Repeats (Petrichord Books, 2009). Sus poemas, ensayos y traducciones han aparecido en 6×6Fascicle y Papel Literario, entre otras. Actualmente trabaja en la traducción de la obra del poeta venezolano José Antonio Ramos Sucre (1890-1930). Dayana Fraile (Puerto La Cruz, 1985), también vive en Durham. Antes de mudarse a NC, vivía en Caracas en donde estudió literatura y trabajó como editora. Ha publicado artículos de investigación y obras creativas en diversos medios impresos y digitales. Su primer libro, Granizo (2011)obtuvo el Premio de la I Bienal de Literatura Julián Padrón. Su segundo libro, Paisaje Zinc/Zinc Landscape  (2011), acaba de ser editado por Cy Gist Press. Desde hace algunos meses lleva el blog Eternal Typewriter, dedicado a la traducción de poesía angloamericana de vanguardia.

Hace no mucho apareció un mensaje cifrado en la pantalla de mi teléfono. Lo enviaban unos amigos tuiteros que, sin duda, dicembreaban un poco antes de tiempo. Decía: ¿Qué estará pensando Frank? Y esa pregunta, así, sin más, me hizo pensar en la siguiente confesión: Existe, ciertamente, entre un cierto grupo de tuiteros, una pregunta que es un código secreto. Quien la pronuncia se sabe parte de un aquelarre íntimo y, a la vez, de una verdad consabida. Si usted quiere decirle a los otros que es un tuitero consuetudinario que, además, tiene tiempo ya en la práctica del lenguaje corto, no tiene más que decir: ¿Qué estará pensando Frank? Si el interrogado ríe a carcajadas, entonces usted sabe que se encuentra ante un tuitero de cepa, de antes, de más allá. El Frank en cuestión en Francisco Javier Lozano del Real, filósofo que suele presentarse a sí mismo como colaborador de Milenio Jalisco y promotor cultural que, con todo, le va al Atlas. Los que lo leemos sin cesar —y no hay, en serio, otra manera de leer a alguien que escribe también sin cesar— sabemos que el amanecer significa algo cada día porque ése es, a últimas fechas, el tuit que nos indica que Frank se ha despertado y está listo para la brega de los 140s. También sabemos que durante el día habrá juegos de lenguaje, tuits contra la vida o a su favor, comentarios que se engarzan, en la tradición más cara al desarrollo de todo TL que se precie de serlo, con tuits anteriores y hasta los por venir. @frank_lozanodr es, sin duda, una de esas cuentas con las que todo TL digno debe contar. Fue sin duda una de las primeras que leí y una cuyos juegos de palabras —a menudo con la ortografía, pero también con la sintaxis— me convencieron que lo que pasaba en esos rectángulos era, de hecho, divertido y arriesgado, muy de aquí y atemporal, escritura y ya. Va en esta Cámara Verde cargada de diciembres, puesn, una selección de los tuits de @frank_lozanodr para dicembrear a gusto. Para dicembrear más.

Diciembre 9, 2011
Tijuana/San Diego

[mientras escuchaba a Balanescu quartet -- (Kraftwerk) Model]

 
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