No. 38 / Abril 2011 |
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Arturo Álvarez Sosa
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Cuando rompes en lágrimas sonora desatando el torrente del deseo sólo es azúcar nuestra vida en juego en la diafanidad de las retinas al duplicar enigmas de la mente engarzados en claves de silicio nuestra unión con las máquinas buscando en programas de cálculos veloces tus gestos dicen más que las palabras en sitios compartidos simulados. Y habitando en un mundo artificial al que puedes cambiar a voluntad apretando un ratón de conexiones sobrevuelas imágenes y datos desmodulando modulando códigos en impulsos livianos digitales que viajan por teléfono excitados transformándose en letras y palabras nuestro dominio visceral de cables. Tu resplandor catódico de redes despierta la emoción de las ventanas y al escuchar cantar a la calandria invisible en el bosque de sonidos sientes el florecer de la consciencia desde el agua que baña tu cerebro. No se refleja el mundo en tu mirada ves lo que sientes. Tango Huesos en llamas bailas abrazada ondulando al unísono con todo desde diez elevado a menos quince dándole nuevo impulso a las galaxias y el tango a media luz entre jazmines te hace llorar sentimental sonriente cavando un pozo de energía cero en el espasmo inaugural del mundo interludio que expande el universo giras y giras invisible abierta al roce de las sábanas del trueno. La noche es sombra mas tus ojos son claros el tiempo brilla. Teselas Árboles dados iones trabalenguas fermis de espín fonones polarones codones y dupletes diofantinas zeta bosón quark y antiquark mesón. De giga a tera mega grifo kilo el nano pico dígito del femto nidadas del hem gluones y fractales de a dos en flip-flops teselando a peta gúgol cola de moëbius gagachips del exa al atto brana catenaria A te ge ge te ge ce a te de adn. El yo es un símbolo como el río en el agua sólo reflejos.
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