| 
			 
			Pablo Cordero 
			(Sevilla, España, 1982) 
			 
			Los amantes utópicos 
			
			A Vito Domínguez Calvo 
			 
			
			El utópico es siempre un buscador, 
			no de victorias pírricas de cuerpos 
			ni de mercados donde sirvan carne,  
			sino de anhelos claros. 
			 
			
			Ser utópico implica sed de espinas,  
			lirismo a manos llenas, 
			quienes se rigen 
			por afán propio entienden qué es ser un soñador, 
			la niebla de sí mismo; el último reducto  
			de un tiempo donde el corazón no vale 
			y sólo se permite  
			el eco en las palabras de estoicismo 
			y la tristeza como imperativo. 
			 
			
			El utópico busca la deriva vagando entre los cuerpos 
			el mar donde perderse cuerpo adentro. 
			 
			
			 
			 
			
			 
			 
			 
			
			 
			 
			
			 
			 
			
			{moscomment}  
			 
			 |