![]() |
No. 42 / Septiembre 2011 |
|
Mario Meléndez
(Linares, Chile, 1971; vive en la Ciudad de México) Arte poética Una vaca pasta en nuestra memoria la sangre escapa de las ubres el paisaje es muerto de un disparo La vaca insiste con su rutina su cola espanta el aburrimiento el paisaje resucita en cámara lenta La vaca abandona el paisaje continuamos escuchando los mugidos nuestra memoria pasta ahora en esa inmensa soledad El paisaje deja nuestra memoria las palabras cambian de nombre nos quedamos llorando sobre la página en blanco La vaca pasta ahora en el vacío las palabras están montadas sobre ella el lenguaje se burla de nosotros Un día volveré a tus ojos Un día volveré a tus ojos y comenzaré de nuevo volveré con un sonido hueco de metal y sol mojado buscaré entre los papeles del tiempo tu cuerpo verde y tus cabellos de uva te coronaré en silencio con mi boca y con mis manos que no terminan Volveré por ti y por tu sangre estrellada viendo pasar la tarde como una sombra antigua algo se romperá allá arriba y no seremos nosotros algo se quemará de pronto con el eco de tus sábanas Y volveré más vivo, más puro, más hambriento y volveré volando y desgarrando plumas todo lo haré por ti, todo en silencio que hasta los gallos prolongarán la noche cuando te vean desnuda Me sobra un muerto
a Pablo de Rokha
Me sobra un muerto me sobra me sobra un muerto y no soy yo quién es y viene de la levadura y de los precipicios me sobra un muerto un muerto martillándome la piel me sobra un muerto y no soy yo porque estoy vivo y lo presiento lo respiro y cae de la manga de otro muerto y cae y cruza mi camisa y da la vuelta y sigue y sigue en mi esqueleto un muerto un muerto en mi esqueleto instalado de por vida un muerto me sobra y no soy yo y llora y grita y ríe con su carcajada demoníaca un muerto un muerto sagrado un muerto en el gemido del espanto un muerto derramado en mi garganta y en mi sed con su ceniza de elefante en el vinagre en el aliño de los años un muerto arañando los cristales entre tábanos y hormigas y gusanos hambrientos defecando un muerto sus palabras o en la suma de las voluntades o en ninguna o en la roca de las rocas trapicado el invencible el muerto agujereado por los otros inmutable en el zarpazo en la estocada del olvido me sobra me sobra un muerto y no soy yo porque patea y raspa engulle con su dentadura cavernaria hasta rozar por fin la sal del universo |
{moscomment} |