Daniel Moreno López
(Bogotá, 1984; vive en Armenia)
O el tiempo, verdadero juez,
nos hará quedar como unos idiotas
Para Omar Ortiz
Algunos nos vamos pareciendo cada vez más
a lo que parecemos.
Cuidamos un poco la barba del espejo
la postura y la mirada de ese reflejo.
Detrás del espejo está Cronos,
los codos apoyados en los muslos
escucha la orden de Dios:
rodar o parar,
según el antojo,
los dados eternos
Cotidiana
Leía cerca del parque cafetero
ya ni los adictos se divierten
y está muerta la bebida.
Cansado de viajar en mundos negros y quietos
cansado de caminar por parques discontinuos
preferí subirme en la primera lata de sardinas
a las que pagamos el placer
de lamernos en el diario viaje
a la muerte chiquita.
En una esquina
un viejo flaco con una guitarra
tan afinada como rota
bailó la lógica cotidiana.
Mi reproductor me gritaba al oído
hay cerca del bar cuatro putas que bailan vals
y el viejo
rompía sus cuerdas
vivía a Antonio Aguilar,
y se puede sentir fuerte el sudor detrás del cristal,
ahí, donde siempre hay un fantasma ciego
de pelos tan viejos como el sol,
Hoy se paran más de cuatro putas
con más de cuatro kilos en cada sonrisa oxidada
en cada cana en cada arruga de cada sueño de cada fuga,
y todos miramos la cuatro por cuatro
de ciento cuarenta millones
que conduce una puta de cuatro millones noche:
la mira cada puta de cuatro mil pesos
-con la mano papito
las miro yo con mis cuatrocientos pesos;
qué día especial,
mi soledad de cuatro monedas
me salvó.
Fotofinish
El asesinato del deseo
muerta la guía
la sexualidad del psiquiatra
se trunca y descansa
la familia
Un presidente sin control
(incontrolado)
Un criminal sin control
(descontrolado)
Si el enfermo está tranquilo
respira ciudadano
come tu comidita
que tu mundo soltó al muerto
bajo el huracán
Y duerme, y suspira
con calma mirando
la fotocopia del insecto
que se repite
y repite
sus alas relamidas
por falsos halagos
Y claro, al final
sonríe
que la sexualidad se para
que el presidente come
que el deseo cadáver ya no mata
que el mundo intranquilo respira
que el presidente controla, ciudadano
que el criminal muerto ya no relame
que el presidente se repite en halagos
de familias descontroladas
Sonríe al final, insecto,
que si lo falso se repite no te suelta,
todo está controlado.
Flora
A Alejandra Pizarnik
Roque Dalton pidió perdón a la poesía
por ayudarle a comprender que no está hecha
sólo de palabras
San Agustín dijo que lo mejor de la palabra perro
es que no muerde
Flora, te sumiste en el lenguaje,
oleaje verbal te arrancó de la vida
a la que quisiste arrancar la falsedad
de la fácil nominación
Yo, te inquiero, te pregunto Alejandra que no conseguiste irte como los que se van,
¿Qué tanto te valió nombrar al miedo…
llamar al amor, nada más que simplemente,
amor…
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