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De pájaros raíces el deseo, Luis Alberto Arellano

DE PÁJAROS RAÍCES EL DESEO. D´oiseaux racines le décir
Luis Alberto Arellano
(Edición bilingüe, versión al francés de Françoise Roy)
Ëcrits des Forges-
Mantis Editores-IQCA,
Québec, 2006.

Por Víctor Soberanes
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Es la voz de Luis Alberto Arellano (Querétaro, 1976) el impasse de sus labios obstruidos, la sentencia que no permanece, el clamor donde el anhelo no existe. Sin embargo sería equívoco en el lector entender estas afirmaciones como rasgos de infertilidad poética. No, no es así, ni lo podría ser. Lo que hace es la confesión de un cuerpo absoluto, nada es ajeno a nada:
Si nunca decir la verdad para que no hiera la savia gris de los cristales.
Si nunca correr descalzos por la acera cubierta de rocío, entonces no hay nada que hacer con nosotros,
[...] Entonces la noche sube triste la escalera.

El velo que cubre cada enunciado es profético y es derrotado en cuanto al lirismo de su entorno. ¿Cuál es el afluente de este libro de ramaje seco? ¿A quién nombra el autor, al hombre o al espasmo?

De pájaros raíces el deseo es un trabajo literario de conjeturas inmediatas, de remembranzas que suceden en las iniquidades de la razón. Al albor del siglo XXI, bien valdría convencernos de que un poeta, antes que poeta es un yo, y es derivado un yo soy; es decir, es él y sus circunstancias.  Luis Alberto es nativo del aire y prudente al paso sobre polvo. Los poemas que logra (donde la palabra se bifurca más allá de sus propios títulos) hacen lo que hace un árbol cualquiera: crecen, acompasados y a la vez templados por el viento y el límite. A cada verso le precede el silencio, salmo del que escribe, un silencio estridente que aun desde restos de polvo de un ánfora se sabe inconcluso. El poeta instrumenta la palabra para que se comporte según sus intenciones, conoce el riesgo del adorno sin sentido y lo evita, sabe de la economía del canto y coloca el sonido con precisión; resuelve su voz en un transitar de colores mínimos y de imágenes sobrias, factibles.

En el poemario (editado en francés y español) no se conmemoran el silabeo cómodo, ni el placebo de semántica triunfal. Bien sabemos que el acto de leer poesía escrita en nuestros días (en que, con frecuencia, sólo se distinguen el ornamento plausible y la anécdota renombrada) lleva el riesgo de no excitar los sentidos idílicos del lector. La forma es el fondo. El arte debe afirmarse así.

Se está de acuerdo con Arellano:

No debemos preguntarnos el mundo,
déjalo que suceda en su amarga lucidez de polvo
.

Se exhibe que en carne propia se diluye el presente y uno es testigo de su inconsistencia. Aún, habrá que subrayar que a la poesía, el carácter objetivo le es incomodo, incluso errado. El autor no se alinea en este sentido, a devenir en los fríos escollos de la objetividad; tampoco es partícipe de ahogarse en los martirios de la sensiblería, pertenece a los hombres que se bautizan a sí mismos en las charcas de sus propias casas. Sin la alabanza, queda el reconocimiento, Luis Alberto es consciente de los falsos meritos que nos corresponden (determinación en el poema "Profética").

En tres preceptos: "De pájaros raíces el deseo", "Lo profundo es el aire" y "De cuerpos sanos pero moribundos", esta obra fue forjada con permanente peso y conforme estructura; con razonamiento poético, las oraciones cumplen, en la medida de lo posible, su función de versar lo que nombra el poeta. Inmersos en su palabra, se deduce que uno ha quedado ungido por sus elementos; en él la ceniza, el viento, el fuego, el ámbar, el cuerpo y su detrimento.

Quien nombra, crea. Todo sucede:

Hacer de cuenta que la ruta nos es conocida y fingirle a todos el hábito de la memoria.

Y todo concluye:

Necia hembra de sal, eres polvo y al polvo lo arrastra el implacable viento.

La conjunción es completa, densa y es estructura cerrada. El autor dirá lo que en su descenso ha ocurrido. Se demuestra (¿acaso?) que la poesía es la dilatación de una herida sensata. Lo lúdico es una lluvia de estrellas, sólo eso “...lo amargo llena / de pájaros raíces el deseo”.


Ver selección de poemas de este libro

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