............................................. |
DE PÁJAROS RAÍCES EL DESEO. D´oiseaux racines le décir |
Por Víctor Soberanes |
.............................................. |
Es la voz de Luis Alberto Arellano (Querétaro, 1976) el impasse de sus labios obstruidos, la sentencia que no permanece, el clamor donde el anhelo no existe. Sin embargo sería equívoco en el lector entender estas afirmaciones como rasgos de infertilidad poética. No, no es así, ni lo podría ser. Lo que hace es la confesión de un cuerpo absoluto, nada es ajeno a nada:
Si nunca decir la verdad para que no hiera la savia gris de los cristales.
El velo que cubre cada enunciado es profético y es derrotado en cuanto al lirismo de su entorno. ¿Cuál es el afluente de este libro de ramaje seco? ¿A quién nombra el autor, al hombre o al espasmo? No debemos preguntarnos el mundo,
Se exhibe que en carne propia se diluye el presente y uno es testigo de su inconsistencia. Aún, habrá que subrayar que a la poesía, el carácter objetivo le es incomodo, incluso errado. El autor no se alinea en este sentido, a devenir en los fríos escollos de la objetividad; tampoco es partícipe de ahogarse en los martirios de la sensiblería, pertenece a los hombres que se bautizan a sí mismos en las charcas de sus propias casas. Sin la alabanza, queda el reconocimiento, Luis Alberto es consciente de los falsos meritos que nos corresponden (determinación en el poema "Profética"). Hacer de cuenta que la ruta nos es conocida y fingirle a todos el hábito de la memoria. Y todo concluye: Necia hembra de sal, eres polvo y al polvo lo arrastra el implacable viento.
La conjunción es completa, densa y es estructura cerrada. El autor dirá lo que en su descenso ha ocurrido. Se demuestra (¿acaso?) que la poesía es la dilatación de una herida sensata. Lo lúdico es una lluvia de estrellas, sólo eso “...lo amargo llena / de pájaros raíces el deseo”. Ver selección de poemas de este libro |
{moscomment}