No. 43 / Octubre 2011 |
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Ricardo Clemente
(Madrid, 1969) En tinieblas. Niebla carnal que deshace las formas de los cuerpos, disuelve los poliedros en un licor extraño. Así, hasta la cintura, circulan las almas como borrones, desenfocado perfil de un ser humano, golpe de brocha que extiende el líquido que extraen de su abdomen. El bloque de nubes amenaza con tocar la tierra y contiene una chispa roja que semeja un corazón. Bombea tristeza a los ríos grises que reparten el vertido por estos nuestros campos. Pueden germinar miembros, bosque de piernas, promesa de trasplante, a fin de durar. La oscuridad que habita en nuestra linfa y garantiza una prolongación de dolor, cartas extrañas que enviamos en un arrebato y nos sitúan en el rol de los excluidos. Tragando saudade, como una sopa amarga de cardos y oportunidades perdidas, hecha de todo aquello. |
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