No. 51 / Agosto 2012 |
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Gustavo M. Galliano (Gödeken, 1965; vive en Santa Fe) |
Sobre la barca que abarca,
no sé si vengo o si voy, no sé si es trascendente, lo importante resulta si soy. Escudo del guerrero brillante, murmulla el alma triste, lento el cuervo lanza su graznido, en el bosque turgente de tu voz. El prado de las gaviotas Encadenados en islas Reclaman su potestad, sobre la tierra de redes. En el país de anillos de oro, expuse mis intenciones, intempestivo, impetuoso, pleno, confiado en aquel muérdago. Pero el faro de tu frente, venció a la espada de la boca, y aquella actitud de Diosa, transformóse en águila que come avena. Fui gentil sedal en primavera, pero nada floreció ni solicito carnada, hoy me retraigo en lecturas, De poetas más prosaicos. Huirán de mí las golondrinas, las naves, las flores y las armas, pero los libros me amaran siempre, las palabras me acariciaran las sienes. Fui longevo nombre de renombre, bronce que talla quien ni siquiera conoce, hoy crecen niños con mis libros, y soy feliz, desde no sé donde. |
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