Jorge Cadavid
(Pamplona, Santander, 1962)
Entrevista
El veinte por ciento de los fresnos
declararon que el rayo
los penetraba hasta el corazón.
El cinco por ciento de los álamos consultados
afirmaron que el relámpago bajaba hasta
las raíces iluminándolos.
El quince por ciento de los ficus sostuvieron
que sólo en la corteza
la fulguración dejaba su dolorosa huella.
El sesenta por ciento de los árboles restantes
flagelados por el rayo dijeron estar perplejos.
Algunos dicen que quieren escribir inspirados
por el fuego mientras arden.
Historia natural
(Visita al jardín botánico)
Aman las praderas el cedro, el álamo, el cerezo silvestre. Gózanse los valles los ciruelos, los castaños y el avellano. Súbense a lugares montuosos el olmo, el laurel, el manzano. No medran sino en lugares acuosos los sauces, alisos y fresnos. Contradícense el roble y el olivo con tal pertinaz odio, que el uno plantado en el hoyo del otro, luego perece. Sabemos que hay árboles que gustan de compañía y otros solitarios como el sicomoro. Tienen las cosas de la naturaleza sus venenos y sus vinos. Incluso el gran árbol caído, con las raíces al aire, nos ofrece una magistral lección de cómo mirar.
Jorge Cadavid estudió Linguística en la Universidad de Pamplona, se especializó en Literatura en la Universidad Javeriana e hizo un doctorado en Filosofía en la Universidad de Sevilla. Ganador en 2004 del noveno Premio Nacional de Poesía “Eduardo Cote Lamus” y del Segundo Premio Nacional de Poesía “José Manuel Arango”. Ha publicado, entre otros, los libros: La Nada (2000), Un leve mandamiento (2002), Diario del entomólogo (2003), El vuelo inmóvil (2004), y Ultrantología, una antología del poema breve (2003).
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