Miroslava Rosales
(El Salvador, 1985)
Esta ciudad es tan pequeña
Esta ciudad es tan pequeña como la mano que escribe este poema,
tan caótica como mi vida en fragmentos,
tan desteñida como el vestido de la puta en tacones de 10 cms.,
que sabe perfectamente de transacciones y marginalidad,
en la ciudad tan vasta como la tristeza de millones de habitantes.
Esta ciudad es tan pequeña como el feto del laboratorio,
o el pájaro caído por cortocircuito una mañana de invierno frente a mi casa,
la misma donde se escribe de muerte,
se dicen letanías a las vírgenes de polvo y sal y se es tan lejana;
o la navaja que carga el delincuente de los buses.
Esta ciudad es tan pequeña y sin límites de sangre,
tan fértil como el jardín de mi casa,
tan líquida,
y tan sólida como la medalla que llevo en mi cuello.
Esta ciudad es tan pequeña...
Esta ciudad es tan pequeña que desaparece en mi mano de escarcha.
esta mañana
si esta mañana fuera un templo griego
con su blancura y horizontalidad
y esa serenidad tan griega
así saldría a las calles de la ciudad conmovida
con mi blusa y bolso negro de charol
como arácnida en zapatillas negras
y sería tan quieta y sagrada como templo
libre como Niké
hasta la médula una Medea
esta mañana
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