No. 86 / Febrero 2016 |
Mini-antología de poesía afrikáans, segunda entrega: |
T.T. Cloete Gabeba Baderoon Stephan Bouwer Breyten Breytenbach Daniel Hugo Jennifer Joseph Antjie Krog |
Johann de Lange Marthé McLoud Hennie Meyer Vincent Oliphant Adam Small Daleen Struwig |
Gabeba Baderoon Selección y traducciones de Jan de Jager My Tongue Softens on the Other Name In my mother’s back yard washing snaps above chillies and wild rosemary. Kapokbos, cottonwool bush, my tongue softens on the rosemary’s other name. Brinjal, red peppers and pawpaw grow in the narrow channel between the kitchen and the wall that divides our house from the Severo´s. At the edge of the grass by the bedrooms, a witolyf reaches ecstatically for the power lines. In a corner in the lee of the house, nothing grows. Sound falls here. Early in the day shadows wash over old tiles stacked against the cement wall. In the cold and silence my brother is making a garden. He clears gravel from the soil and lays it against the back wall. Bright spokes of pincushion proteas puncture a rockery. For hours he scrapes into a large stone a hollow to catch water from a tap that has dripped all my life. Around it, botterblom slowly reddens the grey sand. A fence made of reed filters the wind between the wall and the house. Ice-daisies dip their tufted heads toward its shadows. At night, on an upturned paint tin, he sits in the presence of growing things. Light wells over the rim of the stone basin and collects itself into the moon. Everything is finding its place. Mi lengua se enternece con el otro nombre En el patio de la casa de mi madre, chasquidos de ropa tendida por encima de los chiles y el romero silvestre. Kapokbos, arbusto de algodón, mi lengua se enternece con el otro nombre del romero. Brinjal, pimientos colorados y pawpaw crecen en ese estrecho canal entre la cocina y la pared que separa nuestra casa de la de los Severo. En el borde del césped, junto a los dormitorios, un witolyf procura alcanzar en éxtasis los cables de la luz. En un rincón a socaire de la casa no crece nada. Aquí el sonido colapsa. De madrugada las sombras mojan unas tejas apiladas contra la pared de cemento. En el frío y el silencio mi hermano está creando un jardín. Limpia de cascotes la tierra y los arrima contra la medianera. Luminosas puntas de speldekussing, alfiletero, puntúan la rocalla. Horas y horas excava un hueco en una piedra para capturar el agua que ha goteado de una canilla toda mi vida. A su alrededor, botterblom enrojece la arena gris. Un cerco hecho de juncos filtra El viento entre la casa y la pared. Y splant: margaritas de hielo agachan los copetes de sus cabezas hacia su propia sombra. De noche, él se sienta en una lata de pintura, en la presencia de cosas que crecen. La luz rebasa el borde del cuenco de piedra Y luego se vuelve a recomponer en luna. Todo va encontrando su lugar. |
Mini-antología de poesía afrikáans, primera entrega, Periódico de Poesía núm. 84, noviembre 2015 |